El blog integral

 

Bienvenido a tu rincón de nutrición y bienestar

 

Aquí encontrarás el balance perfecto entre ciencia e información práctica para transformar tu vida. Mi misión es acompañarte en este camino hacia una alimentación consciente, hábitos saludables y un estilo de vida que te haga sentir pleno/a desde adentro hacia afuera.

Ozempic para adelgazar: ¿La rockstar?

diabetes fármacos obesidad sobrepeso Jun 16, 2025
ozempic and weight loss

¿Qué es Ozempic y cómo actúa? Ozempic® es la marca de la semaglutida inyectable, un medicamento que imita la acción de la hormona intestinal GLP-1 para controlar el apetito y los niveles de azúcar en sangre. Al aplicarse una vez por semana con una “pluma” inyectable (como se ve en la imagen), Ozempic hace que la comida permanezca más tiempo en el estómago, de modo que uno se siente saciado por más tiempo y reduce el hambre. Cabe destacar que Ozempic fue aprobado originalmente para la diabetes tipo 2. Para tratar la obesidad existe otro fármaco similar llamado Wegovy (semaglutida de dosis más alta), el cual sí cuenta con aprobación oficial para perder peso. En cambio, Ozempic (dosis más baja) no está aprobado por sí mismo para el manejo crónico del peso, aunque muchos médicos lo usan “off-label” (fuera de indicación) en personas con sobrepeso u obesidad.

Ventajas de usar Ozempic para bajar peso

  • Pérdida de peso significativa: Los estudios clínicos han mostrado que la semaglutida puede producir caídas de peso mucho mayores que otras terapias previas. Por ejemplo, un ensayo clínico (STEP) comparó semaglutida 2,4mg semanal con placebo, y encontró cerca de un 15% de reducción promedio del peso corporal a las 68 semanas. En la práctica clínica real también se observan resultados notables: un estudio observacional reportó pérdidas de ~5.9% del peso en 3 meses y ~10.9% en 6 meses. Estas cifras son muy superiores al 5% de pérdida típico que se logra solo con dieta y ejercicio sin fármacos.

  • Menor apetito y más saciedad: Ozempic actúa en el cerebro y el intestino para reducir el hambre. Al retrasar el vaciado del estómago, induce sensación de plenitud y hace que las personas coman menos entre comidas. En la práctica, muchos pacientes reportan que les resulta más fácil controlar los antojos o comer porciones más pequeñas cuando toman Ozempic.

  • Mejor control glucémico y beneficios cardiometabólicos: Además de adelgazar, Ozempic ayuda a bajar los niveles de azúcar en sangre, por lo que originalmente está indicado en diabetes tipo 2. De hecho, expertos señalan que este fármaco disminuye la glucosa y el peso, y en estudios ha demostrado reducir eventos cardiovasculares (como infartos al corazón) en pacientes diabéticos. Esto sugiere que quien use Ozempic, bajo supervisión médica, podría obtener también beneficios en la salud cardiaca y metabólica, especialmente si tiene diabetes o riesgos asociados.

Desventajas y efectos secundarios

  • Malestares digestivos frecuentes: Como sucede con otros agonistas del GLP-1, el uso de Ozempic puede provocar náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento y dolor o acidez estomacal. Estos efectos secundarios gastrointestinales son los más comunes y suelen aparecer al inicio del tratamiento o cuando se aumenta la dosis. En muchos casos mejoran con el tiempo o ajustando la dosis, pero en algunos pacientes pueden ser tan molestos que obligan a suspender el medicamento.

  • Riesgo de pancreatitis: Se han reportado casos aislados de pancreatitis aguda (inflamación del páncreas) en personas que usan semaglutida. Sin embargo, los estudios amplios no han mostrado un aumento claro del riesgo de pancreatitis con Ozempic en comparación con quienes no lo toman. De todos modos, por precaución los médicos suelen evitar Ozempic en pacientes con antecedentes de pancreatitis u otras condiciones pancreáticas.

  • Alerta por cáncer de tiroides: En estudios con animales, la semaglutida aumentó la aparición de tumores de tiroides (carcinoma medular). Aunque en humanos aún no está claro si Ozempic eleva ese riesgo, las agencias regulatorias advierten que no debe usarse en personas con antecedentes familiares de este cáncer de tiroides. Se incluye esta advertencia en la información oficial del medicamento como precaución.

  • Efecto rebote al dejar el medicamento: Un aspecto importante a considerar es que la pérdida de peso lograda con Ozempic tiende a mantenerse solo mientras dura el tratamiento. Un estudio de seguimiento (STEP 1) mostró que un año después de suspender la semaglutida, los participantes recuperaron dos tercios del peso perdido. En otras palabras, sin cambios duraderos en la dieta y el ejercicio, es muy probable que el peso vuelva a subir al interrumpir el fármaco. Esto confirma que la obesidad es crónica: Ozempic no es una “cura permanente” sino una ayuda temporal.

  • Costo elevado y necesidad de seguimiento: Ozempic requiere receta médica y supervisión continua. Además, es caro: se estima que el costo de una pluma inyectable semanal puede superar los $400 USD en Ecuador. Este precio puede hacer difícil su acceso. También es necesario monitorear al paciente (por ejemplo, control de glucosa, ajuste de dosis) para evitar dosis incorrectas o efectos adversos. En resumen, implica un compromiso económico y médico significativo. Cuidado con las falsificaciones (que abundan).

  • No es una solución mágica: Es fundamental entender que Ozempic no sustituye la alimentación saludable ni el ejercicio. Las autoridades sanitarias insisten en que estos medicamentos deben reservarse para casos en que las estrategias convencionales fallan. Incluso tomando Ozempic, la persona debe seguir un patrón dietético equilibrado y aumentar su actividad física. Este tratamiento “no es una salida fácil”: implica seguir haciendo cambios en el estilo de vida. En otras palabras, Ozempic puede ser una herramienta de apoyo, pero no una píldora mágica sin responsabilidad.

¿Y al terminar el tratamiento? – El efecto rebote

Aunque se use Ozempic con éxito, al final surgen preguntas sobre la sostenibilidad. Los estudios indican que si se suspende semaglutida, la mayoría de las mejoras se revierten. Al año de retirar el fármaco, los pacientes podrían recuperar buena parte del peso perdido. Además, muchos de los beneficios metabólicos (mejoras en colesterol, glucosa, etc.) también podrían volver casi a sus valores iniciales. Esto ocurre porque el cuerpo adaptado a comer menos intentará volver a su «peso anterior» si no se mantienen hábitos nuevos. Por eso los especialistas subrayan que el fármaco sólo será útil si se acompaña de cambios reales y duraderos en la dieta y el ejercicio. De lo contrario, el “efecto rebote” es muy probable.

Alternativas basadas en cambios de estilo de vida

Antes de pensar en medicación, lo ideal es cambiar el estilo de vida. Las guías de salud recomiendan iniciar siempre con un plan integral que incluya:

  • Dieta saludable supervisada: Una alimentación equilibrada, reduciendo calorías y ultraprocesados, es la primera línea de tratamiento. Establecer un patrón de comidas que incluya frutas, verduras, proteínas magras y fibra puede llevar a una pérdida de peso gradual pero sostenida. Se aconseja consultar a un nutricionista que oriente con un plan personalizado.

  • Actividad física regular: Aumentar la actividad física diaria (como 150 minutos semanales de ejercicio moderado) ayuda a quemar calorías y mejora la salud cardiovascular. Caminar, nadar, bailar o cualquier deporte que la persona disfrute contribuye a mantener el peso perdido y previene enfermedades asociadas.

  • Educación nutricional y apoyo psicológico: Recibir formación sobre nutrición y técnicas de control de porciones (por ejemplo, grupos de apoyo o coaching dietético) mejora la adherencia a los nuevos hábitos. Estos enfoques no farmacológicos han demostrado beneficios a largo plazo sin provocar efectos adversos. Aprender a planificar menús sanos y gestionar las emociones al comer suele ser más seguro y duradero que depender únicamente de una pastilla.

Según fuentes como los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., hay que dar al cuerpo tiempo (unos 3-6 meses) para adaptarse a un nuevo estilo de vida antes de evaluar la eficacia de la pérdida de peso. Solo si con un cambio real de hábitos no se logra al menos un 5% de reducción de peso después de varios meses, se consideraría agregar medicamentos.

Conclusión

Ozempic puede ofrecer beneficios reales en la pérdida de peso y mejora metabólica para ciertas personas, especialmente aquellas con obesidad severa o diabetes tipo 2. Sin embargo, no es una solución sin riesgos ni sacrificios. Los efectos secundarios digestivos, el alto costo, y la posibilidad de recuperar el peso al dejar el fármaco son factores importantes a considerar. La evidencia muestra que gran parte del peso perdido vuelve cuando se interrumpe la semaglutida, por lo que no se debe ver este medicamento como un atajo definitivo.

En la práctica clínica se suele recomendar Ozempic sólo si las estrategias convencionales no funcionan y bajo supervisión médica estricta. El enfoque más efectivo y seguro sigue siendo modificar los hábitos de vida: comer mejor, moverse más y buscar apoyo profesional en nutrición y comportamiento alimentario. Estos métodos no tienen los efectos secundarios de un fármaco y suelen dar resultados sostenibles en el largo plazo. En resumen, Ozempic puede ayudar en ciertos casos, pero el compromiso con un estilo de vida saludable es clave para lograr y mantener la pérdida de peso.