Descubre 7 Maniobras de Marketing de Empresas que Sabotean la Lactancia y C贸mo Defender tu Derecho a Amamantar
Aug 05, 2025
Las prácticas de marketing de algunas empresas de alimentos procesados tienen un efecto directo en la decisión de las madres sobre cómo alimentar a sus bebés. Aunque la lactancia materna es la forma más natural y saludable de nutrición infantil, diversas estrategias comerciales tienden a desincentivarla, fomentando la compra de leches artificiales o sucedáneos. A continuación, describimos siete tácticas documentadas por la ciencia y la salud pública, para que comprendas mejor cómo actúan y cómo proteger tu derecho a amamantar.
1. Obsequios y muestras gratuitas
Qué hacen: Distribuyen muestras de fórmula en hospitales, clínicas y a domicilio, junto con chupetes, biberones y vales de descuento. Estas "muestras de cortesía" se convierten en la primera alimentación del bebé, reduciendo la probabilidad de iniciar o mantener la lactancia.
Por qué importa: Un estudio encontró que las madres que reciben muestras gratuitas de fórmula tienen un 50 % menos de probabilidad de amamantar exclusivamente durante los primeros meses. Esa interrupción temprana dificulta que el bebé se acostumbre al pecho y genera dependencia de la fórmula.
2. Publicidad encubierta y “marketing de contenidos”
Qué hacen: Patrocinan artículos “informativos” en revistas de maternidad y blogs de salud, o auspician videos de “expertos” que nunca revelan su relación comercial. Promueven mensajes neutros —“la fórmula es igual de buena que la leche materna”— que confunden a las madres.
Por qué importa: Esta táctica, llamada healthwashing, viola el Código Internacional de Marketing de Sucedáneos de Leche Materna, ya que idealiza la fórmula con supuestos beneficios de salud no demostrados. Al asociar la marca con consejos médicos, se socava la confianza en la lactancia.
3. Patrocinio de eventos “amigables con la familia”
Qué hacen: Aparecen como “aliados de la maternidad” en ferias de bebés, charlas médicas y hasta eventos deportivos infantiles —una forma de sportwashing, vinculando la marca con bienestar y actividad saludable.
Por qué importa: Al presentar a la fórmula como un producto “respetuoso” y “saludable” en eventos dirigidos a padres, se refuerza la percepción de necesidad, conveniencia y respaldo científico, desplazando el mensaje de que la leche materna es insustituible.
4. Lobbying y presión política
Qué hacen: Invierten en actividades de cabildeo para retrasar o debilitar leyes que regulen la promoción de sucedáneos. Dan apoyo financiero a grupos de salud o investigación, condicionando estudios y recomendaciones.
Por qué importa: Este “poder corporativo” frena la adopción de normativas más estrictas del Código de la OMS, dejando lagunas legales que permiten prácticas de marketing prohibidas, como el envío de descuentos o la publicidad directa a las madres.
5. Claims de salud y nutrición engañosos
Qué hacen: Etiquetas con leyendas como “reforzado con DHA para el cerebro” o “cercano a la leche materna”, acompañadas de imágenes de bebés sonrientes. Estas afirmaciones carecen de respaldo sólido en ensayos clínicos independientes.
Por qué importa: Al sugerir que la fórmula aporta beneficios cognitivos o inmunológicos iguales a la lactancia, se crea la falsa idea de intercambiabilidad. Esto erosiona la confianza de las madres en su propia leche y fomenta la compra de sucedáneos.
6. Marketing digital hipersegmentado
Qué hacen: Utilizan datos de navegación y redes sociales para enviar anuncios personalizados justo cuando una mujer busca información sobre embarazo, parto o crianza. Apps de seguimiento de embarazo y grupos privados reciben invitaciones a webinars patrocinados.
Por qué importa: Al “aparecer” en el momento de mayor vulnerabilidad y necesidad de apoyo, la industria de sucedáneos introduce sus productos como solución rápida y profesional, desviando a las madres del recurso natural que es la lactancia.
7. Regalos a profesionales de la salud
Qué hacen: Regalan folletos, muestras y material de promoción en consultorios y hospitales, o financian congresos y cursos de formación destinados a pediatras, enfermeras y matronas.
Por qué importa: Estas “incentivos” crean dependencia comercial y sesgan la información que reciben los profesionales. Estudios muestran que médicos que aceptan regalos de la industria tienden a recetar más fórmula en lugar de promover la lactancia exclusiva.
¿Cómo defenderse y proteger la lactancia?
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Infórmate sobre el Código de la OMS
Conoce tus derechos y las prácticas prohibidas. El Código prohíbe la publicidad de sucedáneos y el reparto de muestras entre madres y profesionales. -
Confía en fuentes independientes
Acude a organizaciones como UNICEF, OPS/OMS e IHAN para obtener consejos y datos sobre lactancia basados en evidencia. -
Pregunta en el hospital
Verifica que no te ofrezcan muestras de fórmula sin indicación médica. Solicita apoyo de matronas y consultoras de lactancia certificadas. -
Lee con atención los envases
Identifica declaraciones de salud no comprobadas (“para el cerebro”, “mide tu IQ”) y recuerda que solo la leche materna aporta anticuerpos y nutrientes vivos. -
Únete a grupos de apoyo
Intercambiar experiencias con otras madres fortalece la confianza y ayuda a combatir los mensajes de la industria. -
Exige regulación efectiva
Participa en campañas o peticiones que reclamen la aplicación plena del Código y sanciones a las empresas violadoras. -
Comunica con tu profesional de salud
Si te sientes presionada o tienes dudas, habla abiertamente con tu profesional de la salud. Un buen profesional debe priorizar la lactancia y solo recomendar fórmula si hay necesidad real.
Conclusión
Las estrategias de marketing poco éticas de algunas empresas buscan desplazar la lactancia materna, a pesar de ser el estándar de oro en nutrición infantil. Reconocer cómo operan —desde muestras gratuitas y publicidad encubierta hasta lobbying político y segmentación digital— te da el poder de elegir con conocimiento y defender tu derecho a amamantar. Protege la salud de tu bebé: infórmate, apóyate en expertos independientes y mantén la lactancia materna como primera opción, a menos que un profesional indique lo contrario.